17 February, 2012

Caminando...

                 

El sol avanza entre las moles de ladrillo y el barullo habitual. Personas como hormigas que avanzan atareadas en pensamientos vanales para el mundo pero fundamentales para su vida.
Mirando por la ventana del salón no veo nada, tan solo piedra y mas piedra, un amasijo de alumnio plástico y hormigón… pero si siento algo. Lentamente la brisa intenta escaparse del espacio para encerrarse tras mi espalda en la sala. Me vuelvo como si pudiera seguir el rastro que deja y cierro los ojos, dandole color y olor, mientras el sol, de hace miles de años luz, acaricia la parte superior de mi espalda, inundandome de ese calor tan irresistible…


Ese es el instante, en el que por un momento el tiempo se para y lo estatico se mueve a mi alrededor. La habitación comienza a desvanecerse ante mis pies, mis manos dejan de tocar la ventana para sentir solamente el frio del metal. Mi mente se traslada en la busqueda de un espacio libre, lejos de los edificios encajonados en las calles sin fin llenas de escalera. Una playa… brisa, sol… parece el dia perfecto, cuando un viento mas fuerte azota los arboles cercanos… ummm dulce olor a cesped… una nube me tapa parcialmente el sol… la playa se desvanecce para acabar bajo las copas altas de los arboles… sumida en un sueño fresco, donde el sol comienza a filtrarse enrte las copas sin llegar al suelo, pero se siente… Frescor que te envuelve, el aire se hace mas denso… mas pesado, desaparece la brisa y sientes el calor sofocante de quien se siente encerrado. Miras a ambos lado, oscuridad. Un infinito ante ti de vegetación salvaje que se pliega sobre si misma, cortando caminos, abriendo otros. El sol… dejas de verlo. Por uqe no lo sientes?… Giras la cabeza esperando volver a sentirlo sobre tu piel… lejos de ti espera. Intentas correr pero no llegas a un claro… solo el laberinto verde que te engulle.


PI! PI! PI!. Un sonido metalico. De repente abres los ojos, el sol ha bajado y cubierto por los altos edificios desaparece de tu ventana. La alarma del movil te invita a dejar de soñar y volver a la realidad. El cielo comienza a encapotarse y tu comienzas a moverte. Ropa de calle, zapatos, pelo… se acabó la fantasia, comienza la vida real, que no deja de ser esa maraña salvaje de aire denso y clima pegajoso que da lugar al miedo.


PD: Espero que tu mundo este sumido en sol y claras arenas … Josebe el soñar no es parte de la enfermedad, mantiene la fueza del corazon limpia de miedos.

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